El día que nací, comenzó el proceso de instalar el Malware. Hacían falta varias actualizaciones a lo largo de mi niñez, pero cuando comencé la vida adulta, el Malware estaba completamente operativo y se actualizaba automáticamente con sus propias actualizaciones de origen nativo.
Camino por el bosque mientras se pone el sol. Este contacto con las cosas vivas que crecen es inusitado para mí, salvo esa entidad que crece en mi cerebro y desplaza mis propios pensamientos. De hecho, no recuerdo la última vez que toqué un árbol.
Quizás nunca, y este roble nudoso es la primera vez que acaricio la corteza de un ser vivo en crecimiento que tiene sus raíces en el mundo. No siento nada. Mi Malware no registra nada en absoluto, y por tanto paso de largo.
Mi celular suena bling-bling. Llega un nuevo perfil mío, enviado por el escritorzuelo del New York Times que lo compiló. Tengo curiosidad, así que me instalo en el tocón de un árbol para deslizarme la lectura. Puede que no tenga otra oportunidad de leerlo, las barras de mi teléfono móvil están disminuyendo y hay muy poca cobertura adonde voy. Así que lo abro.
Padgett N. Jolyon es la persona más superdotada del mundo. Su coeficiente intelectual en las pruebas se sale de la escala, pero es estimado entre 1095 y 2804, aunque él mismo afirma que es 'n x 64 sobre 3, donde n es cualquier número entero elegido al azar', lo cual sospechamos que es solo su pequeña broma. Ha ganado el Premio Nobel tres veces, es el actual Gran Maestro de ajedrez y campeón de Go, y posee una enorme cantidad de patentes. No es nada desdeñable en un joven de 26 años.
Sus estaciones de energía solar orbitan la Tierra, irradiando energía segura y renovable a la superficie. Su Rayo de Paz, distribuido como tecnología de código abierto a todos los gobiernos del mundo, anula el potencial explosivo de los proyéctiles nucleares y convencionales. Ha salvado el planeta en al menos tres o cuatro maneras diferentes. Como resultado, ningún hombre es tan odiado y vilipendiado como un 'hijoputa empollón de mierda' que P.N. Jolyon, un juicio tremendamente injusto en la opinión de un servidor.
Esto es cierto. Yo también me odio y me desprecio. Aunque eso no es estrictamente cierto: lo que detesto, lo que realmente temo, es el Malware de mi papá.
Sin embargo, el habitual tono servil del NYT cuando trata de las personas exitosas me está empezando a molestar, y me pregunto si realmente puedo soportar leer muchas más de estas tonterías trilladas, exageradas con el descuido de un pregonero de carnaval. Rápidamente reviso todos los párrafos triviales que preparan la escena y llego al meollo.
Hablé con él en su refugio de cartón en una calle de Auckland, Nueva Zelanda, donde ha vivido durante los últimos años. Por supuesto, nació en la inmensa riqueza como el decimoquinto hijo del empresario Ethon Mallais, que ahora cumple cadena perpetua bajo supervisión médica y psiquiátrica después del trágico Incidente de Munich. El colapso de su imperio empresarial desencadenó una crisis de vibraciones en todo el mundo, mientras Padgett renunció a la vida fácil, cambió su nombre y optó por vivir en una caja, haciéndolo en una sucesión de ubicaciones globales desde Dakar a Dakka.
¿Pero de verdad hice algo de eso? ¿Dónde estaba mi autonomía? Porque no recuerdo haber decidido nada. ¿O todo lo decidió el Malware por mí?
Su padre era un exitoso pervertido sexual y existencial clandestino y - como ahora sabemos - peligrosamente psicótico. Su madre era una empleada doméstica sometida contra su voluntad a tratamientos experimentales para 'mejorar el feto', que nació en un búnker seguro en Roswell, Nuevo México. Recibió el nombre de Hydrogenic Bejeesury k-3 Mallais, un nombre que luego rechazó por disgusto y vergüenza al legado contaminado de su padre. "Mi papá era un tremendo gilipollas", es el único pronunciamiento sobre el tema conocido de Padgett, del que se ha negado rotundamente a hablar.
Bueno. Realmente no hay nada tan especial en mi papá o en lo que me hizo. Los padres les hacen esto a sus hijos en todo el mundo. Introducen unas imágenes rotas de ellos mismos en los tiernos cráneos en crecimiento de su progenie, sin importarles el daño que los fragmentos irregulares de sus ídolos destrozados podrían causar a los tejidos blandos de los sesos. Con mi papá era un chip y quién-sabe-qué cóctel de drogas y hormonas. En tal caso el daño es un hinchazón como un tumor, no unas lesiones agudas como laceraciones.
Por cierto y por supuesto, el chip fue retirado por mandato judicial cuando pasó todo el asunto de papá, lo de Munich y todo el drama de la caída del imperio. Pero el Malware ya estaba instalado. Subió mis deseos y pensamientos secretos a la computadora central, en los vastos bancos de servidores en una instalación segura en medio del desierto. Papá ya no estaba allí para repasar los análisis, pero de todos modos seguían produciéndose. La retroalimentación y el reprocesamiento, las hijas gemelas del caos, elaboraron planes para realizar más ajustes al Malware y los implementaban debidamente a mi mente.
Me levanto del muñón y me subo al árbol truncado para mirar a mi alrededor. Los árboles y los hijos de los árboles dondequiera que mire. Pronuncio un breve discurso cuyo contenido sólo conocemos yo y mi Malware, y luego sigo atravesando el bosque.
NOTA DE LAS FUENTES
‘Nikola Tesla and the Science of a Successful Paranoia’ June 2017 Language and Psychoanalysis 6(2):1-21
‘Identification and its vicissitudes as observed in psychosis’ 1986 Int Journal Psychoanalysis 67(2):147-59.